Los inicios: una mesa demasiado pequeña para todos los problemas de internet
La historia de Repscan nace en 2021, pero su origen se remonta mucho antes. Sus fundadores —Josep Coll, Coque Moreno y Mar Ferré— habían pasado años dedicados al brand protection en Red Points. Conocían bien ese mundo: eliminar copias, falsificaciones y usos indebidos de marcas. Pero, como explican, eso era solo “una esquina de la mesa”. Internet guardaba mucho más: fotos filtradas, vídeos íntimos, sentencias, noticias desactualizadas o inexactas… millones de contenidos que afectan directamente a personas reales, con consecuencias profundas en su vida personal y profesional.
Esa constatación, unida a los primeros casos relacionados con reputación y derecho al olvido, abrió un nuevo foco. Había un universo de derechos vulnerados que la mayoría de la gente desconocía que tenía. La famosa frase “lo que pasa en internet se queda en internet” no solo es falsa, sino peligrosa. Repscan nace para combatir esa idea.
El “día uno” de la compañía refleja muy bien su espíritu. Josep y Coque, vestidos de astronautas, grabaron un vídeo haciendo un “3, 2, 1” para lanzar la empresa. No tenían web, ni plataforma, ni nada listo. Tenían una fecha. Salieron igual. Ese fue el verdadero despegue de un proyecto que aspiraba a proteger a todo el mundo en internet.
La empresa hoy: tecnología, licencias y una nueva generación de productos
Explicar qué hace Repscan es, según sus fundadores, tan directo como ambicioso: borrar contenidos de internet de la manera más eficiente y óptima. Borran aquello que vulnera derechos, ya sea de personas o empresas. Puede tratarse de un vídeo íntimo filtrado, una reseña falsa, una noticia incorrecta o un contenido que perjudica la imagen de una organización. Su misión es clara: eliminar lo que no debería estar ahí.
Su propuesta de valor es distinta. Aunque existen empresas que borran contenido, casi ninguna lo hace desde un enfoque de software. Repscan ha puesto en manos del cliente su propia herramienta, permitiéndole monitorizar, decidir qué eliminar y controlar todo el proceso. Como dicen: “Le estamos dando el poder al cliente final”. Un club de fútbol lo resumió mejor que nadie: “Os contratamos porque yo quiero decidir qué se borra y qué no”.
El 2025 ha sido un año de transformaciones profundas. Repscan ha pasado de depender de los one-shots (encargos puntuales de eliminación) a vender licencias. Este cambio ha exigido adaptar la organización, repensar ventas y perder y ganar talento por el camino. “Parece fácil decirlo, pero es un cambio bestial”, resumen.
Además, han lanzado tres productos clave.
El primero, Karcher, su plataforma principal de eliminación, nacida en marzo.
El segundo, Triki, una herramienta de gestión de reseñas tipo Google My Business, que responde a una necesidad real de sus clientes.
El tercero, Repscan Care, inspirado en un modelo visto en Estados Unidos: un servicio tipo seguro —“la palabra está prohibida”, matizan— que protege a usuarios que puedan sufrir filtraciones en internet.
Estos lanzamientos han venido acompañados de la entrada en clientes de primer nivel: dos clubes de fútbol de primera división (uno de los considerados mejores del mundo), Llorente y Cuenca, un IBEX 35, una de las mayores empresas de comunicación de España y otros nombres que no pueden revelar.
El principal reto, sin embargo, sigue siendo la caja. La presión financiera les obliga a priorizar, retrasar contrataciones y avanzar más lento de lo que les gustaría. Su objetivo inmediato es claro: alcanzar el breakeven. Este año cerrarán con alrededor de 70 licencias, frente al objetivo de 100. En 2026 deberían llegar entre 150 y 200. El camino está marcado.
El camino con Swanlaab: seguimiento, propósito social y ambición de proteger a los vulnerables
La relación con Swanlaab empezó en noviembre de 2023, en un evento donde Josep conoció a Mariluz. El encuentro fue tan espontáneo como revelador: un libro, una conversación improvisada y un IBAN escrito casi en broma acabaron convirtiéndose en el inicio de una relación inversor–emprendedor basada en cercanía y seguimiento.
Si algo destacan es la implicación. Mariluz mantiene un control financiero riguroso y útil; el Excel que comparten con ella es ya el que utilizan para reportar al resto de inversores. Marc, por su parte, aporta una sensibilidad muy alineada con el propósito más profundo de Repscan: la protección de menores y colectivos vulnerables. La insistencia de Marc en explorar una futura fundación para ofrecer servicios gratuitos a quien los necesita resuena con fuerza dentro de la compañía. De hecho, ya trabajan con Save the Children, Generalitat de Catalunya o la Diputación de Álava en proyectos orientados a proteger a niños y adolescentes de agresiones digitales.
Definen a Swanlaab como un fondo presente y exigente en el consejo, que empuja a elevar el nivel y asumir la responsabilidad de que ya no son “el chiringuito de tres”. Para Repscan, esa presión es positiva: les obliga a cumplir, priorizar y crecer.
Detrás del founder: disfrutar, sufrir y aprender en el camino
Ser founder es un viaje intenso y lleno de contraste. Lo que más disfrutan es ver la evolución del proyecto, desde aquel “día uno” improvisado hasta el crecimiento actual del equipo y el producto. La sensación de construir algo desde cero y ver cómo avanza es profundamente gratificante.
Pero también está lo que más duele: la presión de la caja, la incertidumbre, la posibilidad de dejar pasar oportunidades por falta de recursos. La sensación de estar obligados, tarde o temprano, a decidir en qué liga quieren jugar —si aspiran a ser “Barça o Madrid”— y qué implica esa elección.
La gestión emocional es otro reto. Amadeo lo explica con humor: “Si no corro, mato a alguien”. Mar reconoce que aún está por encontrar su rutina ideal, aunque todos en la empresa parecen creer que sí la tiene.
En cuanto a referentes, Amadeo menciona a Leopoldo Fernández Pujals, fundador de Telepizza. Empezó como repartidor con 17 años y aquel vídeo de bienvenida en VHS marcó a toda una generación de empleados, muchos de los cuales acabaron emprendiendo. Para Mar, su referencia principal ha sido Josep y los años de trabajo conjunto en Red Points, además de su familia, llena de casos de éxito y fracaso que le han inspirado profundamente.
Propósito y futuro: un internet más seguro y segundas oportunidades
Su ambición para el futuro es nítida: proteger a todo el mundo. Crear un internet más seguro, tanto para colectivos vulnerables como para cualquier persona expuesta a riesgos digitales. Como criminóloga, Mar lo explica desde la convicción de que todo individuo tiene derecho a la reinserción y a controlar su propia identidad.
Su consejo para quien quiera emprender es simple y contundente: el equipo lo es todo. Las ideas importan, pero sin recursos ni apoyo no se puede construir nada grande. Creer en el proyecto no basta sin gasolina.
En cuanto a cómo les gustaría ser recordados en su “metro cuadrado”, la respuesta conecta de nuevo con sus orígenes: haber aportado un internet seguro, haber cambiado vidas y haber impulsado a su gente a crecer, arriesgar y ayudar a otros. Igual que los antiguos “telepicheros”, cuya cultura de superación sigue viva décadas después.
Reflexiones finales: lo que pasa en internet no tiene por qué quedarse allí
Si hay una frase que resume la esencia de Repscan es esta: “Lo que pasa en internet no tiene por qué quedarse en internet.” La historia que compartieron al final de la entrevista lo demuestra. Una chica a la que le filtraron un vídeo íntimo contactó desesperada un viernes por la noche. Amadeo respondió personalmente. La acompañaron todo el fin de semana, la tranquilizaron, analizaron el caso y empezaron el proceso de eliminación. Para ella, el simple hecho de no sentirse sola cambió todo.
Los tiempos de eliminación dependen de la web: en algunos casos son minutos; en otros, días. Por ley, entre 24 y 72 horas. Lo importante es que existe solución y que alguien está ahí para ayudar.
Ese es el impacto que buscan. Ese es el legado que quieren dejar.
¡No te pierdas el preview que hicieron para su Lanzamiento en 2021! 🚀

